Nuestras casas están llenas de hombres y mujeres que ocultan secretos. Es la tumba ideal en donde enterramos para siempre (?), todos los pecados de antaño y las gravísimas y persistentes actividades del presente. Tenemos escondidos sucesos dolorosos, tristes e inconfesables que están bajo llave, pero siguen ahí…ahí… señalándonos con su dedo acusador. Hay elementos que no nos pertenecen y que hacen parte de nuestras vidas, y se levantan cotidianamente, para mostrarnos la oscura radiografía de lo que somos.
CAPITULO XVIII LAS 24 MALDICIONES 1A PARTE
05
Feb