Una maldición nunca vendrá sin UNA CAUSA que la ocasione. La forma más rotunda de evitar que se activen en nuestra vida es NO PRONUNCIAR, NI MAL HABLAR palabras negativas, groseras, crueles, resentidas, ofensivas, dañinas, vengativas, amargadas, llenas de odio, ociosas, grotescas, celosas o que desean la muerte.
CAPITULO V MALDICIONES GENERACIONALES

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Feb