INTRODUCCIÓN

Las iglesias evangélicas han criticado vehementemente a la organización del señor Edir Macedo, denominada La Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), surgida a partir de la primera iglesia fundada el 9 de julio de 1977, en Río de Janeiro, Brasil.

Debido al rechazo de varias comunidades religiosas, ha cambiado de nombre en diversos países hispanoamericanos, siendo llamada “Oración fuerte al Espíritu Santo”, “Comunidad Cristiana del Espíritu Santo”, “Centro de Ayuda Espiritual” “Gracia Universal” y “Familia Unida”. En la mayoría de las ciudades en donde se encuentra radicada, toman en arriendo los antiguos teatros y conforme crecen económicamente, construyen ostentosos templos que reflejan el auge inusitado de la manipulación de los creyentes en esa corriente.

Es también conocida por su programa de televisión: “PARE DE SUFRIR”.

APÓSTOLES, PASTORES Y EVANGELISTAS han cerrado filas en su contra y desde los púlpitos ATACAN y ACUSAN a los líderes de “enriquecimiento a costa de la fe de sus seguidores” y objetan abiertamente cuánto provenga de esa organización. Se rasgan las vestiduras y citan “ayunos congregacionales” para erradicar estos “promotores de satanás, enriquecidos con el esfuerzo de almas inocentes”. (?).

“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la VIGA que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la VIGA que está en el ojo tuyo? (Lucas 6: 41-42).

LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD DOMINA LOS PÚLPITOS

En 1970, se consolidó el modelo que más se utiliza en la actualidad:

PROMESA DE DIOS = INVERTIR PARA ACCEDER = CREER PARA RECIBIR.

Los cultos cristianos se caracterizaron por enfatizar la importancia de erradicar la pobreza, sanidades inmediatas y sobrenaturales, shows de gritos estentóreos y agónicos, la feria de milagros en los altares (¿preparados?) y testimonios de quienes acreditaban que “Cuando sembraron, Dios les multiplicó lo que dieron”. Este movimiento se extendió a través de las iglesias latinoamericanas, lo que favoreció que se crearan seminarios con un enfoque teológico adaptado a esta línea de pensamiento. Todos querían escuchar el novedoso “evangelio”

Empezaron a tergiversar porciones enteras de la Biblia, con el único objetivo de descontextualizarla para esclavizar las mentes de sus confiados adeptos, que sin posibilidad de confrontar la verdad, quedaron a merced de estos mercaderes de la Palabra.

De esta forma, se ha perpetuado un conjunto de enseñanzas que asegura la expansión de su filosofía en todo el mundo.

Al mismo tiempo, las denominaciones más tradicionales iban experimentando un relativismo teológico y moral creciente, lo que incluía no tomar una posición clara y firme ante estas enseñanzas durante décadas, con la convicción de que el tiempo sería quien se encargaría de hacer desaparecer estas tendencias, una vez cambiara las condiciones externas en las que este movimiento se multiplicó.

En algunos lugares aparece como “Predicación de salud y riquezas”, “Confesión positiva” o “Teología de la dominación”, pero su enfoque sigue siendo el mismo: La riqueza y la buena vida aquí y ahora.

La teología de la prosperidad nos está conduciendo, irremediablemente, a los tres más grandes peligros que hoy se exhiben en la predicación cristiana:

1.- Un desorbitado interés en la PROSPERIDAD MATERIAL.

2.- Un énfasis desmedido en la SANIDAD FÍSICA.

3.- Un acento obsesivo en los ESPÍRITUS MALIGNOS.

El mensaje que debemos transmitir es el kerigma, tan claramente proclamado por el Apóstol Pablo: “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe”. El apóstol señala en sus cartas que no es el dinero el que hace daño, sino la OBSESIVA CODICIA Y AMBICIÓN de tenerlo a toda costa.

Es la base de LAS PREDICACIONES que exaltan la recepción de bendiciones, a partir del “desprendimiento” inmediato del dinero, exponiendo el evangelio de la prosperidad, que atrae multitudes deseosas de “Obtener más por lo que dan” y quienes en su mayoría, reciben fracasos, desilusiones y deudas por montones.

Se ha menospreciado y relegado al sótano del olvido las verdades centrales de la fe de los cristianos: La Resurrección de Jesucristo, La Salvación heredada con su presencia en la tierra y la Promesa de una Patria Celestial al final del camino.

Jesús dijo: “Mirad y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. (Lucas 12: 15).